jueves, 28 de abril de 2011

cap 19

La una prácticamente no existía para la otra.

Corría Septiembre y se venía el final del teatro. El final de casi ángeles en el rex. Nunca más se juntarían todos sobre ese escenario. Era el término de cuatro años de magia. Era el broche final para miles de momentos, recuerdos, amistades y vivencias incomparables. Mucho amor y dolor también, una mezcolanza tremenda.

-Bueno chicos, den todo lo que tengan, disfruten y nunca olviden, son mágicos… cada uno de ustedes. Los amo… mis angelitos- Cris les decía unas palabras antes del último show.

Entre euforia y emoción la abrazaron. Luego su respectivo canto y a disfrutar como nunca. Fue el mejor espectáculo de todos, cada movimiento, sonrisa, mirada… todo transmitía excesivamente.
Muchas lagrimas, tanto de ellos, como de su público. El “no te digo adiós” los emociono a todos. Finalmente comenzó la fiesta.

Todos se abrazaban, lloraban, reían, saltaban. Era una euforia diferente, tenía un toque de angustia y otro de alegría. Recibió las flores por parte de Peter y en ese abrazo aprovecho de dejar todo más que claro… “te quiero mucho Pitt, se feliz. Sos una gran persona, nunca te dejare… estoy segura que seremos grandes amigos”, en respuesta su sonrisa sincera y un “yo también te quiero… amiga”. Un alivio enorme. Eso sintió de inmediato.

Luego Nico la elevo en sus brazos dándola mil vueltas, después fue el turno del “más lindo” quien le dio un tierno abrazo. Felicidad y más abrazos con sus amigas. Un sensible y conmovedor “te quiero pajarilla” por parte de Euge y esa sonrisa que le demostraba no estar tan alejadas.

Las flores eran lindas, pero incomodaban mucho. Corrió tras bambalinas, sin mirar a nadie y las entrego a un productor. Cuando se dio vuelta, lo vio…

Ahí estaba con el pecho descubierto, los brazos caídos, sus hermosos ojitos hinchados y una sonrisa triste. Fue la imagen más conmovedora que vio en su vida. Le dolía ser la causante de eso que lo aquejaba… y ya no podía seguir hiriéndolo e hiriéndose.

Sin mucho que pensar corrió a sus brazos, logrando instantáneamente, la aparición de la sonrisa en su rostro de muñeco. No fueron necesarias palabras para que él la recibiera feliz, era lo que tanto esperaba, ese expresión del corazón.

Cuando sus cuerpos chocaron, fue imposible no estremecerse. Se conocían, se amaban. La necesidad del otro los mantuvo largo rato abrazados, ella como un koala aferrada a un árbol. Ambos mantuvieron los ojos cerrados y él dejaba pequeños picos en su hombro. Palmoteaba constante en la espalda, daba a entender su comprensión. Ella estaba emocionada, pero se contenía por el público.

-Te amo…- solo dijo eso, pero el alma de la morocha pareció revivir. Sonrió feliz al bajar de sus brazos y tomando su lindo rostro, le respondió.
-Yo también…- beso la mejilla largamente y salió corriendo a compartir con sus demás compañeros. La sonrisa que llevaba era prácticamente de oreja a oreja, hace mucho no se sentía tan bien.

El rubio no sabía qué hacer, solo miraba al público sonriendo y de vez en cuando saludaba a personas que ni miraba. En su cabeza solo daba vueltas esa respuesta mágica… “yo también”… o sea, era correspondido. Lo que tanto anhelo desde que la conoció, estaba sucediendo. Después de tantas tormentas, era tiempo de ver-al fin- el sol.

Las celebraciones se extendieron sobre el escenario. Estaba a su lado, saludando al público, sentía su olor y su alegría. Pero no le pareció correcto volver a hablarle. No era tiempo, mientras, solo sonreía… parecía tener plastificada en la cara esa sonrisa que no se asomaba hace meses.

Cuando bajaron del escenario, la emoción generalizada era enorme. Muchos abrazos, besos, sonrisas, lagrimas, etc. Eran momentos de unidad y felicidad. En sus coches, partieron al hotel donde celebrarían, con una cena, el término de una hermosa etapa.

La mesa larga, llena de gente los separaba. Frente a frente se miraban y sonreían de vez en cuando. Ambos estaban ansiosos, sus ganas de estar a solas eran excesivas, pero debían controlarse. Después de tanto esperar, uno o dos días no eran nada.

La cena se llevo a cabo con tranquilidad, aquella emoción mezclada con melancolía, ya había pasado y sus risas tomaban dominio de la noche. Solo quedaba un mes de grabaciones y cada uno podría tomar su propio rumbo. Era difícil, después de cuatro años juntos... el momento de decir adiós estaba a puertas.

A las 4:30 a.m. la mayoría del grupo se había retirado. Estaban Cande, Mery, Benja, Poli, Rochi, Yeyo y Lali, aun se reían, de vez en cuando se miraban en silencio y la pena los embargaba, aunque intentaban no contagiar a los demás. Más que compañeros de trabajo eran amigos, casi hermanos. Una gran familia.

Poli acerco a Mery y Rochi a su casa, ya que vivían relativamente cerca. Cande y Yeyo, estaban en el estacionamiento esperando a Lali, quien por esas casualidades de la vida, hablaba con el rubio de ojos hermosos.




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novela extraida de: http://www.ar-telenovelas.com.ar/foro/viewtopic.php?f=29&t=23553

solo facilito su difucion ya que no toda la gente esta dispuesta a registrarse todos los derechos reservados a su creadora chey_x_lalita